Seguimos con el debate de principios programáticos de Voluntad Popular. Esta semana (14 al 21 de mayo) estaremos debatiendo el rol del estado, del petróleo y de las instituciones en la Venezuela que queremos. Abajo el papel de trabajo sobre el cual estamos debatiendo.
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El Papel del Estado: Voluntad para Servir
El Estado está donde no tiene que estar: administrando empresas y controles que asfixian la iniciativa ciudadana; y no está donde tiene que estar: brindado seguridad ciudadana e invirtiendo en capital humano, infraestructura, servicios sociales e institucionalidad.
Rechazamos el divorcio cada vez más insalvable entre las proridades del gobierno y las necesidades y aspiraciones de la gente. Trabajamos por convertir al ciudadano en el centro de la acción del Estado.
Apostamos a que los venezolanos son mejores que el Estado administrando el capital productivo del país. Proponemos, por tanto, transferir a los ciudadanos ese capital productivo y rechazamos una privatización de las empresas públicas cuyo resultado sea concentrar la riqueza en pocas manos privadas.
Creemos que una economía de mercado no funciona en el vacío y requiere un marco institucional con un árbitro –el Estado- que asegure la competencia efectiva y tutele el interés de aquellos que no pueden protegerse a si mismos.
Condenamos la reglamentación obsesiva y cuartelaria de la economía del país, basada en la suspicacia, que asfixia la iniciativa y ahuyenta a los emprendedores e inversionistas. Proponemos un marco legal que propicie un clima de confianza recíproca entre el Estado, la sociedad y los empresarios.
Damos por superada la disyuntiva entre Estado y mercado y proponemos en su lugar la fórmula mejor Estado, mejor mercado.
Rechazamos el dogmatismo en materia económica. Invitamos al país a aprender con humildad de las experiencias exitosas y a descolgarnos del vagón de los fracasados de la historia.
El petróleo como instrumento de progreso: voluntad política para darle a cada quien lo que le pertenece.
Partimos de la base que la relación entre el estado, la industria petrolera y el pueblo venezolano es la relación fundamental de la economía venezolana.
Partimos igualmente de la base de que cualquier transformación de fondo de nuestra economía pasa por redefinir esa relación.
Afirmamos que el liderazgo político a lo largo de los últimos 50 años ha carecido de la imaginación, la audacia y la voluntad política para reinventar esa relación.
La nueva relación que proponemos está basada en una idea muy simple y a la vez muy poderosa: la propiedad de las reservas petroleras y del ingreso que éstas generan es de la nación, es decir de todos y cada uno de los venezolanos vivos y por nacer. No del Estado, no del Presidente, no del Partido: nuestra
Proponemos, en consecuencia, crear un Fondo Patrimonial de Ahorro, propiedad de todos los venezolanos, que reciba la totalidad del ingreso petrolero, destine una parte para financiar el Estado y guarde otra parte en cuentas de ahorro individual para la vejez y otras contingencias de la vida.
Seremos los ciudadanos los que financiamos al Estado y no al revés y seremos los ciudadanos y no el Estado los que decidiremos en qué emplear nuestro capital. Manifestamos nuestra voluntad de abrir una amplia discusión nacional para replantear la relación entre el estado, la industria petrolera y el pueblo venezolano.
Subrayamos la necesidad de inventar instituciones que, como el Fondo Patrimonial de Ahorro, reduzcan el impacto que la volatilidad de los precios del petróleo tienen sobre el gasto fiscal y el crecimiento económico y sobre la sobrevaluación cambiaria que aniquila las posibilidades de nuestra industria de ser competitiva.
Instituciones y capital social: voluntad para convivir
Fomentamos el desarrollo de reglas de juego para organizar la convivencia pública que premien los comportamientos adecuados y castiguen los comportamientos al margen de la ley.
Sostenemos que la aplicación uniforme de la ley constituye la mejor forma de reforzar el círculo virtuoso de funcionamiento y credibilidad de las instituciones.
Promovemos la creación de redes de organizaciones ciudadanas que desarrollen relaciones estables de cooperación y que permitan alcanzar objetivos comunes en un clima de confianza recíproca. Para nosotros el capital social es el cemento de las instituciones.
Promovemos la organización del pueblo en todos sus niveles al tiempo que rechazamos la pretensión del Estado de controlar a las organizaciones de la sociedad civil y entrometerse en las redes sociales para quebrar su independencia y ponerlas al servicio del partido de gobierno.
Propugnamos el sometimiento pleno de los poderes del Estado al Derecho. Para hacer realidad este principio, luchamos por un sistema de justicia independiente que garantice los derechos ciudadanos, sin discriminaciones, frente a la prepotencia y las arbitrariedades del poder.
Planteamos escoger las máximas autoridades del sistema de justicia con base en los méritos académicos y no con base en la incondicionalidad a una causa política.
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